martes, 31 de mayo de 2011

Epoca Colonial

Los viajes de exploración científica se desarrollaron en Europa después de la era de los descubrimientos, con la ayuda de las innovaciones tecnológicas  y motivados por la aparición de nuevas corrientes filosóficas y científicas. Fue a partir de mediados del siglo XVIII y durante el siglo XIX, cuando se multiplicaron las expediciones con diversos grados de carácter científico. Más que para descubrir nuevas tierras, estas misiones tenían por objetivo cartografiar las diferentes regiones, descubrir la fauna y la flora, realizar observaciones astronómicas y meteorológicas y probar nuevas teorías en la forma de calcular la longitud. También, muy a menudo, coexistían objetivos políticos, más o menos encubiertos, que buscaron establecer o fortalecer los asentamientos y colonias.
En esta etapa se explica el primer periodo de la colonización española, en donde se incluyen sucesos como: la fundación de la ciudad, su forma y diseño y el reparto de solares entre los conquistadores. En la segunda etapa de este periodo se exponen las características más notables de la ciudad una vez que ésta consigue su consolidación entre los siglos XVII y XVIII.
A la llegada de los españoles México-Tenochtitlán era una isla; los españoles con hábitos, costumbres y técnicas diametralmente diferentes tuvieron muchas dificultades para adapatarse al carácter lacustre de la ciudad. Entonces los españoles emprendieron la sistemática desecación del lago. Sin embargo, todavía por mucho tiempo después de su llegada seguían existiendo algunos canales que la cruzaban y que servían para el transporte de los productos del campo que la abastecían.
La ciudad alcanza hacia finales del siglo XVIII su máximo tamaño. Con 150 mil habitantes era una de las más grandes del continente americano. Conserva su diseño original: sus calles trazadas en forma de tablero de ajedrez o damero con un centro delimitado con una plaza, rodeada ésta por los edificios donde se asentaron las principales instituciones que gobernaban a la ciudad y al conjunto del territorio novohispano: el patio virreinal, la catedral, el cabildo y el Parián. A la distancia, la ciudad era una urbe baja y bien trazada sobresaliendo por su tamaño y forma las cúpulas y campanarios de sus numerosas iglesias y conventos.
La ciudad de México, además de constituirse en el más importante centro de la vida política, social y económica de la Nueva España, fue un núcleo fundamental de transmisión y creación cultural. Paulatinamente, a lo largo del periodo colonial se promueven muy diversas actividades artísticas, tales como: arquitectura, escultura y pintura. Asimismo, la poesía, el teatro y las actividades científicas como la geografía y cartografía adquieren un fuerte impulso.
Con la derrota del ejército azteca el 13 de agosto de 1521 cesó la guerra contra los españoles. Hernán Cortés había salido victorioso; pero como nadie puede explotar y gobernar a un pueblo sólo por medio de la espada, después de los soldados llegaron los sacerdotes. El Papa Adriano VI expide la Bula Omnímoda, mediante la cual da todas las facultades al Emperador Carlos I de España y V de Alemania para enviar misioneros, con el fin de que pudieran impartir todos los sacramentos de la Iglesia.

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